JUEVES
Ambientación
En la medida en que conocemos más a Jesús, nos damos cuenta que él no se conforma con cualquier cosa. Él es nuestro Padre, nuestro Creador, y está en todo su derecho de pedírnoslo todo. Él también lo dio todo por nosotros, dio a su propio Hijo, y por tanto está en todo su derecho. Y nosotros, ¿estamos dispuesto a responder con generosidad?
Al salir Jesús de camino, se le acercó un muchacho corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
- Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para ser feliz y alcanzar la vida eterna?».
Jesús le dijo:
- ¿Por qué me llamas bueno? El único bueno es Dios. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no mentirás, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.
- Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi joven.
Jesús lo miró con cariño y le dijo:
- Te queda una cosa que hacer: Anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.
Al oír esto, el joven se desanimó y se fue muy triste, porque era muy rico.
Jesús miró alrededor y dijo a sus discípulos:
- ¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!.
_ Para optar por Jesús hace falta compartir los bienes que poseemos, ¿Con qué gesto de solidaridad vas a ponerte manos a la obra?
_ Le hacemos a Jesús la siguiente pregunta: “Jesús, ¿qué quieres que haga?”.
_ En la oración final vamos a tener presente a todos los seminaristas, para que junto a la Virgen, cada día respondan con fidelidad
ORACIÓN
Jesús, aquí estoy
para seguirte donde tú vayas.
Te ofrezco todo lo bueno
que hay en mí para servir a los demás.
Estoy disponible, Señor,
para seguir tus pasos.
Haz que no me aferre a mis bienes,
que no me quiten mi libertad,
que aprenda a compartir y a darme a los demás.
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