martes, 13 de mayo de 2014

SEMANA VOCACIONAL


MARTES

AMBIENTACIÓN:
Ponerse Mano a la  obra es iniciar cada día  con la ilusión de comenzar un nuevo camino, de ver que tenemos una nueva oportunidad en la vida para ser mejores, para hacer en cada momento lo que tenemos que hacer pero poniendo lo mejor de nosotros mismos, no para nosotros, sino para el bien de los demás.                                                                                                                                                  
Tres hombres y un trabajo
Ésta es la historia de un viajero que, en plena Edad Media, fue a parar a una ciudad de Francia. El caminante se admiró de ver la cantidad de canteros, albañiles y carpinteros dedicados a la construcción de un magnífico edificio para la Iglesia. Se acercó a uno de los canteros para interesarse por su trabajo.
— ¿Podría explicarme en qué consiste su trabajo? -le pre­guntó
El hombre, molesto por la pregunta, le contestó con malos humos:
— Estoy picando estos bloques de piedra con la maza y el cincel, y después los estoy en­samblando tal y como se me ha indicado para hacer un muro. Estoy sudando la gota gorda y además me duele mu­chísimo la espalda, sabe usted... Y para colmo, este trabajo me aburre y me paso el día soñando con el día en que pueda abandonarlo.
Ante tal respuesta, el viajero prefirió marcharse y charlar con otro cantero.
— ¿Podría explicarme en qué consiste su trabajo? -pregun­tó nuevamente.
Y el segundo cantero le contestó:
— Pues mire usted: como tengo mujer e hijos necesito un trabajo para ganarme un sueldo. Me levanto pronto cada mañana y vengo a picar la piedra, tal y como se me ordena. Es un trabajo repetitivo, como se puede imaginar, pero gracias a él puedo alimentar a mi familia, que es lo que me importa; estoy contento con tener este trabajo.
Más animado por esta segunda respuesta, el forastero se acercó a otro trabajador.
— Y usted, ¿qué está haciendo?
Y el tercer cantero, con los ojos brillantes de emoción y con el dedo índice apuntando hacia el cielo, le contestó:
— Estoy levantando una catedral. ¡Una pre­ciosa catedral! No podría soñar en un trabajo más hermoso al que dedicar mi esfuerzo.
 COMENTARIO:
Ya veis la importancia que tiene la motivación en el trabajo, damos la vida por aquello que amamos. El caso es tener un gran ideal en la vida. Los tres canteros están haciendo lo mismo, pero lo hacen movidos por diferentes motivos. Si nosotros somos capaces de ilusionamos por lo que hacemos podremos disfrutar pues lo importante es la motivación. Pensemos que cada acto es un ladrillo mas que ponemos en nuestras vidas para la construcción de nuestra propia catedral, nuestra vida, y en ello cumplimos la voluntad de Dios sobre nosotros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario